Historia del colegio

Las Madres Escolapias de la provincia de Castilla (España), en su deseo de vivir el proyecto de Paula Montal, dedicada a la educación de la mujer y la familia, deciden viajar a Colombia.  A su llegada a Bogotá el 21 de diciembre de 1954, Madre María Teresa Bellver Cardin y otras dos jóvenes escolapias, luego de muchas experiencias, encuentran una casa para su vivienda e iniciar labores escolares. El 15 de enero de 1955 inauguran el que será el Colegio Calasanz Femenino cuando inauguran una clase para kinder el siguiente mes, grupo que irá en aumento paulatinamente, con el esfuerzo constante de la comunidad.

El 7 de enero de 1956 se trasladan a una casa moderna en el sector norte de la ciudad. La nueva apertura de curso tuvo lugar el 14 de febrero de dicho año, con una matrícula de  veintidós niñas entre kinder, primero, segundo y tercero de primaria y quince señoritas residentes. Además  se estrenó el bus del colegio para recoger y repartir a las niñas.

Decididas a servir a las niñas de la ciudad de Bogotá, se trasladan a una casa en la calle 71 con novena, el 21 de diciembre de 1958, cuarto aniversario de su llegada a Colombia y el 27 de octubre de 1959 se firman las escrituras de compra del Colegio  Americano “Nueva Granada”. El Colegio Calasanz Femenino estuvo funcionando ubicado en la carrera 3ra N° 76 – 06 zona 2 hasta que en 1980 deciden trasladarse  al barrio la Esmeralda ubicado en la dirección actual, en la calle 45 N° 45 – 51, para poder servir a las niñas de clase media y responder a los ideales de la Escuela Pía con su directora la Madre Paula Ruiz, quien siempre buscó la promoción de la mujer.

Construyeron una edificación de dos plantas y empezó a funcionar preescolar, primaria y bachillerato. Con el tiempo esta planta se ha ido ampliando hasta su tamaño actual que permite 26 grupos en su aula correspondiente, salas para informática, laboratorios, biblioteca, inglés, catequesis, música, danzas, capilla, oratorio, auditorio para 380 personas y Coliseo adecuados para el cumplimiento de la misión de educar a nuestras niñas y jóvenes de manera armónica, en medio del cuidado el cariño y la constante preocupación por el fortalecimiento de las habilidades y talentos de cada una.